martes, 20 de diciembre de 2011

El dentista, un miedo universal


Hoy quiero actualizar con este tema, el miedo a los dentistas, ya que me parece curioso el hecho de que tanta gente le tenga miedo a este especialista. Me estaba preguntando a qué puede deberse este fenómeno y, buscando sobre ello, he encontrado diversas explicaciones.

Como decía, hay un gran número de gente (más del 15% de la población) que padece odontofobia (fobia al dentista) y, mucha otra, siente algún grado de miedo o ansiedad cuando tiene que asistir a las visitas, aunque solamente sea para una revisión. Además, muchas de las personas con este miedo se avergüenzan de él, al pensar que es ilógico e infantil, y que todo el mundo lo hace sin quejarse.
La Academia Americana de Odontología recomienda asistir al dentista cada seis meses, o como mucho, un año, pero aún sabiendo esto, las personas con este problema lo posponen años y años.

Entonces, aunque todos saben cada cuánto tiempo es recomendable ir al dentista y las consecuencias que pueden acarrear muchos de los problemas dentales, ¿cuál debe ser el motivo de que estas personas no asistan nunca a este especialista o, de que asistan experimentando distintos grados de ansiedad? A continuación, se plantean diversas explicaciones:

  • Una experiencia traumática o dolorosa, normalmente, en la niñez.
  • Un relato u observación de otra persona sobre una mala experiencia con el dentista o sobre el miedo      al dentista.
  • El hecho de no ver lo que sucede en nuestra boca, lo que nos están haciendo, puede resultar angustioso y dejar que corra nuestra imaginación.
  • Nuestro principal método de comunicación, la lengua, no se puede utilizar y, si sentimos dolor, no podemos decírselo al dentista.
  • Temor a lo desconocido. No sabemos qué va a suceder a continuación, en que consistirá exactamente el tratamiento.
  • Sensación de invulnerabilidad. Al estar sentados o acostados en el sillón, con la boca llena de instrumentos y, con el dentista y la enfermera “encima de nosotros”, nos da la sensación de estar atrapados.
  • Las críticas sobre la higiene oral.
  • La antipatía y frialdad de algunos dentistas.

No hay una sola solución para eliminar completamente esta fobia o ansiedad a ir al dentista, pero se ha comprobado que se reduce cada vez más a medida que aumenta la edad y, el número de visitas, de forma periódica, al dentista. Otra ayuda para reducir este miedo que provoca el procedimiento bucodental es preguntar al dentista en qué va a consistir, qué sensaciones se van a sentir, cuanto van a durar, etc., pero esto poca gente lo hace, por miedo a “sentirse tontos”, y eso que el dentista estaría encantado de explicarlo. Para gente con mucha ansiedad, se pueden practicar ejercicios de relajación y de reestructuración cognitiva. Y, por último, señalar que también es conveniente entrenar a los dentistas en el trato humano hacia sus pacientes.

       -Libérate del estrés (Lyn Marshall)

2 comentarios:

  1. Bon tema! xD
    Jo crec que també hi ha molta gent que no hi va per lo car que és també per això.
    Pero si, és curiós que se li tingui por al dentista, a vegades més que al metge i tot!
    T´estimo carinyo!

    ResponderEliminar
  2. Me ha gustado tu post auque muchas de las cosas que expones ya no suceden, hoy en día el odontólogo explica todo lo que va a realizarle al paciente antes y durante la intervención,además el dolor es aliviado a tal punto que es casi imperceptible con la ayuda de anestésicos y analgésicos, la comunicación con el odontólogo es muy sencilla levantas la mano y el odontólo para te pregunta si tienes dolor y aplica anastesia y si es otro el problema, descansar o cualquier otra cosa te lo dice.
    El miedo ya no tiene que ser un problema.
    Un saludo desde Clinica dental Tot Dental Sant Adria de Besos

    ResponderEliminar